viernes, 21 de marzo de 2014

Dr. Mercola: 11 tablas que muestran todo lo malo de nuestra alimentación moderna


Dr. Mercola: 11 tablas que muestran todo lo malo de nuestra alimentación moderna

La comida chatarra tiene un alto índice glucémico.Hace tres décadas, los alimentos disponibles eran en su mayoría frescos y producidos localmente. En la actualidad, la mayoría de los alimentos servidos, ya sea en el hogar, en la escuela o en los restaurantes, son alimentos altamente procesados, llenos de azúcar, grasas procesadas dañinas y aditivos químicos.

Durante este mismo tiempo, las tasas de obesidad han aumentado desenfrenadamente y actualmente una de cada cinco muertes en Estados Unidos está relacionada con la obesidad. Las muertes relacionadas con la obesidad incluyen las muertes por diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardíacas, enfermedades hepáticas, cáncer, demencia y depresión, ya que casi todas tienen la disfunción metabólica como el factor principal.
El artículo1 presentado contiene 11 tablas y gráficos reveladores, que ilustran cómo la alimentación moderna ha provocado una avalancha de enfermedades crónicas. Cómo lo dice su autor, Kris Gunnars:

“La alimentación moderna es la razón principal de por qué las personas alrededor del mundo están más gordas y se enferman más que antes. En donde quiera que haya alimentos procesados, habrá enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas.”

El consumo de azúcar, especialmente de la soda y jugos, impulsa las tasas de enfermedades
De todos los culpables en forma de alimentos que existen, el azúcar refinado en general y la fructosa procesada en particular, se llevan el primer lugar como los más dañinos para la salud. La cantidad de azúcar refinado en nuestra alimentación se ha disparado, teniendo a una persona en Estados Unidos promedio consumiendo cerca de 350 calorías al día (lo que equivale a cerca de 22 cucharaditas de azúcar y un 25 por ciento de sus calorías diarias) provenientes del azúcar.

Este nivel de consumo de azúcar definitivamente tiene consecuencias de salud. Un estudio reciente, publicado en la revista JAMA Internal Medicine,2 que examinó las relaciones entre el consumo de azúcar y las muertes causadas por enfermedades cardiovasculares (CVD por sus siglas en inglés), encontró que:

  • Entre los adultos estadounidenses, el porcentaje medio de calorías diarias consumidas de azúcar fue de 14.9 por ciento del 2005 al 2010
  • La mayoría de los adultos (poco más del 71 por ciento) obtuvo 10 por ciento o más de sus calorías diarias del azúcar
  • Aproximadamente el 10 por ciento de los adultos estadounidenses obtuvo el 25 por ciento o más de sus calorías diarias del azúcar del 2005 al 2010
  • Las fuentes más comunes de azúcar, son las bebidas endulzadas, los postres a base de granos, las bebidas de frutas, los postres hechos de lácteos y los dulces

De acuerdo con este estudio, las personas que consumen el 21 por ciento o más de sus calorías diarias en forma de azúcar tienen el DOBLE de probabilidad de morir a causa de una enfermedad cardíaca en comparación con las personas que consumen siete por ciento o menos de sus calorías diarias del azúcar.





No es necesario decir, que con todo este azúcar en la alimentación, el consumo calórico promedio también se ha disparado, con un aumento de un 20 por ciento desde 1970.





Las principales fuentes de azúcar son las sodas, los jugos de fruta y otras bebidas endulzadas. Varios estudios han confirmado que este tipo de bebidas aumentan dramáticamente su riesgo de síndrome metabólico, diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y la mortalidad. Las sodas de dieta o light o los alimentos y bebidas endulzadas con endulzantes artificiales no son mejores, ya que la investigación revela que parecen causar aún MÁS daño que el azúcar refinado o el jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF), incluyendo un mayor aumento de peso.





La sustitución de las grasas tradicionales por aceites vegetales procesados ha provocado un deterioro en la salud

Las grasas ayudan a su cuerpo a absorber importantes vitaminas, incluyendo las vitaminas A, D y E. Las grasas también son especialmente importantes para que los bebés y los niños pequeños tengan un crecimiento y desarrollo apropiado. Además, cuando su cuerpo quema carbohidratos no vegetales como los granos y azúcares, se producen poderosos cambios hormonales adversos. Estos cambios perjudiciales no se producen cuando usted consume grasas saludables o vegetales fibrosos.

Como lo explica el Dr. Robert Lustig, la fructosa en particular es “isocalórica pero no isometabólica,” lo que quiere decir que usted puede tener la misma cantidad de calorías de la fructosa o glucosa, fructosa y proteína, o bien fructosa y grasa, pero el efecto metabólico será completamente diferente a pesar de que la cantidad es exactamente igual. Además, las grasas saturadas, a pesar de que suministran más calorías, estas en realidad NO hacen que se acumule grasa y tampoco promueve enfermedades.

Desafortunadamente durante mucho tiempo, las grasas más saludables, incluyendo las grasas de origen animal y el aceite de coco, que son saturadas, han sido erróneamente acusadas por causar ataques cardíacos. Mientras tanto, los aceites vegetales hidrogenados nocivos como el de maíz y canola han sido promocionados como alternativas “saludables”. El mismo es el caso con la margarina.

Todo esto es un error. Nada puede estar más alejado de la realidad. El proceso de hidrogenación crea grasas trans que son extremadamente dañinas, tanto que actualmente la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos finalmente está considerando prohibirlas por completo. (Hablaré de los peligros de las grasas trans a detalle, más adelante.) Claramente, cambiar el consumo de manteca de cerdo y mantequilla proveniente de animales alimentados con pastura- que contiene nutrientes que protegen el corazón- por margarina y otros aceites hidrogenados ricos en grasas trans fue un experimento de salud pública que aún no ha sido exitoso.






Los productos bajos en grasa han causado un daño incalculable


Las recomendaciones convencionales también han causado una dramática disminución de la cantidad de grasas en su alimentación y esta aversión de grasa es otro de los factores principales de la enfermedad metabólica y las enfermedades de salud crónicas. Así como yo y otros expertos en nutrición hemos advertido, la mayoría de las personas (especialmente si son resistentes a la insulina o leptina, que es el caso del 80 por ciento de los estadounidenses) probablemente necesitarían que su alimentación esté compuesta de un 50-85 por ciento de calorías provenientes de grasas saludables. Esta cantidad es MUCHO menos del 10 por ciento que recomienda el Departamento de Agricultura3 de Estados Unidos. Como lo señala el artículo:

“Las primeras recomendaciones alimentarias para los estadounidenses fueron publicadas en el año de 1977, casi al mismo tiempo que se desencadeno la epidemia de obesidad. Por supuesto que esto no prueba nada (la correlación no es igual a una causalidad), pero tiene sentido que esto sea más que una simple coincidencia.

El mensaje anti-grasas esencialmente culpa a las grasas saturadas y al colesterol (inofensivo), mientras que pasa por alto las acciones del azúcar y los carbohidratos refinados (poco saludables). Desde que se publicaron estas recomendaciones, se han realizado muchos estudios masivos sobre una alimentación baja en grasas. Este tipo de alimentación no es mejor para prevenir enfermedades cardíacas, ni obesidad, ni tampoco cáncer comparándola con la alimentación occidental estándar, que es lo menos sano que puede ser un tipo de alimentación.”

No se sabe exactamente cuántas personas han muerto prematuramente por seguir estas recomendaciones, sin embargo cada vez más investigaciones refutan el valor de la eliminación de grasas, aunque hoy en día está recomendación siga vigente.


El aumento del consumo de los aceites vegetales ha alterado la composición de los ácidos grasos en los estadounidenses

El aumento del consumo de aceites vegetales procesados también ha causado grandes cambios en la composición de los ácidos grasos, ya que todos estos aceites bridan altas cantidades de grasas omega-6. La relación ideal entre las grasas omega-6 y omega-3 es de 1:1, pero en el tipo de alimentación occidental se encuentra de 1:20 y 1:50. Consumir muchas grasas omega-6 dañadas y muy pocas grasas omega-3 establece el escenario perfecto para muchos problemas de salud que debe evitar, incluyendo enfermedades cardiovasculares, cáncer, depresión, Alzheimer, artritis reumatoide y diabetes, por mencionar algunas. Para corregir este desequilibrio, usted necesita hacer dos cosas:
Disminuir significativamente el consumo de grasas omega-6 evitando los alimentos procesados y los alimentos cocinados a altas temperaturas con aceites vegetales
Aumentar el consumo de grasas omega-3 de origen animal que refuerzan el corazón, como el aceite de krill.


Los peligros del aceite de soya hidrogenado
Cerca del 95 por ciento de la soya es transgénica para que sea resistente al glifosato y está cargada con herbicidas altamente tóxicos. Pero incluso si usted compra soya orgánica, la mayoría de este tipo de soya está hidrogenada.

El aceite de soya hidrogenado, como el azúcar, es una de las principales fuentes de calorías en la alimentación estadounidense. Las personas en Estados Unidos consumen más de 28 billones de libras de aceites comestibles al año y el aceite de soya representa cerca del 65 por ciento de esta cantidad. Cerca de la mitad de la soya está hidrogenada, debido a que el aceite de soya es muy inestable para ser utilizado en la fabricación de alimentos. En 1999 el aceite de soya representaba el siete por ciento de las calorías consumidas al día en los Estados Unidos.

Parte del problema con el aceite de soya parcialmente hidrogenado son que las grasas trans que contiene. La otra parte se refiere a los peligros de salud de la soya en sí. Un factor peligroso adicional es que la mayoría de la soya es transgénica. Las grasas completamente sintéticas que se crean por medio del proceso de hidrogenación parcial causan disfunción y caos en su cuerpo a nivel celular y los estudios han relacionado a las grasas trans con:





Además de los riesgos de salud relacionados con las grasas trans, el aceite de soya es, por dónde se vea, un aceite POCO saludable. Además del hecho de que la mayoría de la soya cultivada en Estados Unidos es transgénica, lo que aumenta los riesgos de salud. Cuando se considera todo esto, el aceite de soya parcialmente hidrogenado transgénico se convierte en uno de los peores tipos de aceite que puede consumir. Desafortunadamente, como se señala en el artículo presentado:4

“La mayoría de las personas no tienen ni idea de que están consumiendo tanto aceite de soya. Ya que la mayor parte la obtienen a través de los alimentos procesados, que por lo general contienen aceite de soya debido a que es barato. La mejor manera de evitar el consumo del aceite de soya (y otros ingredientes desagradables) es evitando los alimentos procesados.”

Trigo – una plaga en la alimentación moderna


El trigo moderno no es el mismo tipo de trigo que comían nuestros abuelos. El contenido nutricional de este grano básico ha sido alterado dramáticamente durante los últimos años y actualmente es mucho menos nutritivo que en el pasado. Como señala Gunnars:5

“El trigo moderno fue introducido en el año de 1960, contenía de un 19-28 por ciento menos de los minerales importantes como el magnesio, hierro, zinc y cobre. También existe evidencia de que el trigo moderno es mucho más dañino para los pacientes celíacos y para las personas con sensibilidad al gluten, en comparación con los tipos de trigo antiguos como el trigo Einkorn. Aunque el trigo podría haber sido relativamente saludable en aquel tiempo, esta situación ha cambiado en la actualidad, con el trigo moderno.”


La lecitina de trigo o la “aglutinina del germen de trigo” (WGA), es en gran parte responsable de muchos de los efectos dañinos del trigo. La WGA es más rica en el trigo entero, especialmente en el brote de trigo, pero el trigo no es el único grano que contiene lecitina. Todas las semillas de la familia de las gramíneas (arroz, trigo, espelta, centeno, etc.) son ricas en lecitinas. El WGA tiene el potencial de dañar su salud por medio de los siguientes mecanismos (la lista no está completa):


Suposiciones erróneas sobre el hecho de que los huevos empeoran la salud
De acuerdo con la información de la USDA, en 1950 los estadounidenses comían más de 375 huevos por persona al año, en promedio. El consumo de huevos ha disminuido a 225 por persona entre 1995 y el 2000 y para el 2007 era de 250 por persona al año, una disminución de 33 por ciento desde 1950.


Al igual que las grasas saturadas, muchos alimentos ricos en colesterol también han sido señalados erróneamente. Los huevos, que son uno de los alimentos más nutritivos que puede comer (los que provienen de animales criados orgánicamente) han sido acusados durante mucho tiempo por causar enfermedades cardíacas debido a que son ricos en colesterol. Pero el colesterol en los alimentos tiene muy poco que ver con el colesterol en su cuerpo y muchos estudios han confirmado que comer huevos NO aumenta potencialmente el colesterol LDL en su sangre. Los estudios no han podido encontrar evidencia de que los huevos contribuyan con las enfermedades cardíacas.

Las pruebas 6 han confirmado que los huevos orgánicos son mucho más nutritivos que los huevos comerciales, esto probablemente se deba al diferente tipo de alimentación que hay entre las gallinas criadas orgánicamente y las gallinas de granjas industriales. En un proyecto realizado por Mother Earth News en el 2007 para estudiar los huevos, se comparó la información nutricional oficial del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) de los huevos comerciales con la de los huevos criados orgánicamente y se encontró que estos últimos por lo general contienen:
- 2/3 más vitamina A
- Dos veces más ácidos grasos omega-3
- Tres veces más vitamina E
- Siete veces más beta-carotenos

Muchas veces las granjas pequeñas no pueden obtener la certificación orgánica debido al costo, pero usted puede asegurarse de que sus huevos sean orgánicos si provienen de gallinas criadas al aire libre y alimentadas naturalmente, sin antibióticos, maíz o soya.

Usted puede saber si sus huevos son orgánicos por el color de la yema. Las gallinas forrajeras producen huevos con yemas color naranja brilloso. Las yemas amarillas pálidas son una señal de que sus huevos provienen de gallinas criadas en granjas industriales que no llevan una alimentación natural. Cornucopia.org ofrece una guía de los fabricantes de huevos en base a 22 criterios que son importantes para los consumidores orgánicos. De acuerdo con Cornucopia, su informe “muestra granjas familiares étnicas y sus marcas y expone a las fabricas industriales y sus marcas que se encuentran en los refrigeradores del supermercado y que amenazan con acabar con la agricultura orgánica.”

Las personas comen más alimentos procesados que nunca antes
En general, cerca del 90 por ciento del dinero de las personas en Estados Unidos que se gasta en alimentos va directamente a los alimentos procesados.7 Estos incluye restaurantes (es decir, alimentos fuera de casa) y alimentos procesados que requieren de poca o nada de preparación antes de ser consumidos.

Cuando se observa la relación entre el dinero gastado en los supermercados únicamente, los estadounidenses gastan casi una cuarta parte de su dinero destinado para los alimentos en alimentos procesados y dulces- el doble de lo que lo hacían en 1982- de acuerdo con las estadísticas del Department of Labor.8 El precio de la carne, el azúcar y la harina tiene una gran influencia en los hábitos de gasto. Estos productos en realidad han bajado su precio por libra, lo que tuvo un efecto inverso en los hábitos de gasto de los estadounidenses, porque los precios bajos hacen que las personas compren más.

El resultado es obvio. En comparación con las compras de hace 30 años, los adultos en Estados Unidos de hoy en día tienen el doble de probabilidad de volverse obesos gracias a sus hábitos de gasto y los niños y adolescentes tienen tres veces la posibilidad de desarrollar sobrepeso. La diabetes pediátrica tipo 2- que solía ser sumamente rara- ha aumentado notablemente junto con el aumento de obesidad infantil. De acuerdo con una investigación previa, el desarrollo temprano de la diabetes tipo 2 parece ser una enfermedad mucho más agresiva desde un punto de vista cardiovascular.9


Tome el control de su salud
Las investigaciones realizadas por algunas de las instituciones más respetadas de los Estados Unidos están confirmando que el azúcar es el factor principal del desarrollo de enfermedades crónicas. El azúcar y la fructosa en particular, han sido identificadas como los culpables principales del desarrollo de enfermedades cardíacas y cáncer, esta información lo pone al volante cuando se trata prevención. Una alimentación que promueve la salud, es una alimentación rica en grasas, muy pero muy baja en azúcar y carbohidratos no vegetales.

Debe entender que el consumo excesivo de azúcar/fructosa causa resistencia a la insulina y la resistencia a la insulina parece ser la raíz de muchas, de no ser que de todas, las enfermedades crónicas. Hasta ahora, los estudios científicos han relacionado el consumo excesivo de fructosa con cerca de 78 enfermedades y problemas de salud diferentes,10 incluyendo las enfermedades cardíacas y el cáncer.

Muchas personas consumen muy pocas grasas y mucho azúcar, consumir pocas grasas hace que se disparen las tasas de enfermedades. Si todavía no está seguro de que conforma una alimentación saludable, por favor lo invito a echarle un vistazo a mi plan nutricional optimizado, que empieza en el nivel básico y lo lleva poco a poco hasta el nivel avanzado.

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